lunes, 1 de agosto de 2011

Momentos para no pensar

Tengo un “Blog”, hasta ahí bien. Ahora tengo que investigar cómo funciona este mundo del que quiero ser partícipe. No sé si pensar… o actuar sin más.

Hace tres días estuve en la playa. Un calor sofocante, soportable gracias a una brisa que soplaba de vez en cuando. Me decido a darme un baño, incluso sabiendo que hay oleaje, cuestión que no me agrada lo más mínimo, porque lejos de poderme relajar, tengo que estar alerta de que una de esas olas no me engulla. Pues bien, una de ellas se empieza a crecer delante de mi, y por unos instantes pienso si será mejor hundirme antes de que llegue y evitarla por debajo, o bien si será más acertado dar un salto y esquivarla por encima… No me dio tiempo a pensar más; cuando me quise dar cuenta la ola ya había estallado contra mi, hizo que perdiera el equilibrio, que me hundiera sin querer, que me volteara torpemente y todo el “glamour” con el que entré en el agua… se esfumó con la espuma de la ola. Emergí despeinada, el bikini descolocado y con ganas de gritar, pero con miedo a abrir la boca. No quiero tragar más agua. Conclusión: hay ocasiones en las que pensar tanto las cosas no sirve de nada. A veces hay que actuar sin más.

1 comentario:

  1. Excelente reflexión, la vida no para de lanzarnos una ola tras otra y hay que actuar, decidir a cual de ellas subir y disfrutarla sin mirar atrás para luego volver a por más.

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