Es más fácil cuando eres una niña y te imaginas que la vida será como los cuentos, en los que al principio se sufre un poquito, pero sabes que lo bueno está por llegar. Que la cenicienta se casa con el Príncipe… pero luego creces y empiezas a pensar que ese mismo Príncipe es el que resucita a Blancanieves, el que despierta a la Bella Durmiente y el que toca la moral a más de una…
Lo normal es que cuando alertamos peligro, huyamos de él, saltemos por encima, o lo rodeemos dejándolo lejos… pero en tema de relaciones se nos debe desconectar el piloto de alarma, porque nos dirigimos derechitas al fuego, y no al de la pasión precisamente, sino al que quema y duele de verdad. ¿Dónde está el límite?, ¿cuándo suena el “click” de “hasta aquí llegué”? quizás seamos adictos al dolor, lo necesitemos para vivir, o nos alimente la existencia. Yo sin embargo soy de las que piensa que es mejor pasar el mono, rehabilitarse, y disfrutar de una relación sana y verdadera. Dar y que me den cariño, ternura, abrazos necesitados o gratis, mirar a los ojos mientras le hablas, poder tocarle la mano, sonreír a la vez. Todo lo demás ….es mentira!, aunque a veces, cueste Dios y ayuda aceptarlo.
Tantos cuentos… nos nublan la capacidad para ser felices, así que no dejes que te coma el lobo. ACTÚA.
El dolor, sólo para las canciones, que es dónde queda bonito; yo elijo el final de ésta, que dice:
“Hemos nacido por amor y casi siempre por amor es que lloramos
No es nada fácil si se tienen sentimientos
Porque la vida no es como un libro de cuentos
Y el que no siente su dolor.. es solo por una razón
Porque está… muerto”. Luis Fonsi.
No es nada fácil si se tienen sentimientos
Porque la vida no es como un libro de cuentos
Y el que no siente su dolor.. es solo por una razón
Porque está… muerto”. Luis Fonsi.
¡Qué razón tienes! y que daño han hecho los cuentos, las peliculas y canciones. Hasta que una no aprende que eso de "sufrir por amor" no es amor de verdad, la de tiempo y lágrimas que desperdiciamos.
ResponderEliminarYo apuesto por el principe que permanece a mi lado apoyandome y confiando en mí, en mis momentos bajos; mientras soy yo la que lucha con el dragón.